martes, 14 de enero de 2014

¡Temerario a la vista!

No es nada nuevo decir que las Islas Canarias están rodeadas por el Océano Atlántico y que, con la llegada principalmente del invierno, o finales de la estación de otoño, los temporales de fuerte oleaje se hacen notar de vez en cuando.

Turistas en Bajamar, La Laguna(Tenerife), año 2009/Iván Delli
La prevención en las zonas de costa, donde el mar azota algunos días con bastante virulencia, es casi una cuestión primordial que se debe atender desde las administraciones públicas –los ayuntamientos en primera instancia, según la normativa vigente- para evitar que se produzcan desgracias, sobre todo pérdidas humanas.

Durante las primeras semanas de enero de 2.014, el Atlántico se ha cobrado ya la vida de tres personas en Gran Canaria y Fuerteventura. El pasado sábado una mujer fue rescatada a punto de ahogarse, y ayer un windsurfista  ucraniano desapareció en El Médano, en Tenerife.

Aquí, a primera línea, socorristas y equipos de rescate juegan un papel fundamental. Son profesiones muy arriesgadas –y, por cierto, muy mal remuneradas-. No es precisamente un trabajo sencillo y sin responsabilidades al frente cuando hablamos de la protección de vidas.

A pesar de los posibles accidentes, errores o descuidos que se puedan tener, parece que algunos ciudadanos y turistas temerarios e irresponsables no están suficientemente concienciados sobre los fuertes efectos que puede ocasionar el mar mientras, por ejemplo, nadan en zonas que desconocen o realizan prácticas deportivas sin extremar todas las precauciones.

Este desconocimiento de la zona, o la curiosidad que les puede picar por acercarse a la costa para ver “saltar los marullos” -o los más atrevidos incluso darse un baño con el mar revuelto-, puede poner en peligro su vida y la de otras personas sin ningún tipo de necesidad.

Turistas en la escollera de Puerto de la Cruz, en Tenerife/T.E
En Puerto de la Cruz, durante el pasado temporal de oleaje, tenemos un ejemplo claro que podemos observar en esta foto. Una familia de turistas se salta la zona acotada por la Policía, el pasado 7 de enero, y se sitúa en la escollera del futuro parque marítimo para ver el espectáculo de olas.

En la explanada del muelle de la ciudad turística se había prohibido el acceso, e incluso aparcar vehículos en la zona, pero ellos continúan ahí, exponiéndose a un posible peligro innecesario. Es una estampa bastante habitual en los núcleos turísticos de las Islas mientras hay fuerte oleaje.

Posiblemente, habrá que incrementar el número de puestos de socorristas en las Islas y mejorar sus condiciones, o aumentar incluso la presencia policial durante los temporales.

También, el Gobierno de Canarias podría coordinar campañas de concienciación eficientes y poner en marcha un plan “real” con los ayuntamientos de las Islas para reducir drásticamente las cifras de ahogados en el mar, entre otras acciones.

Pero, ¿qué hacemos con los temerarios?

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